



Te cruzaste en nuestro camino,...bueno, en el de Emilio. Pero yo te hice más caso. Tanto y tanto y al final te dejo allí, en medio de nada, dentro de una freidora, con aroma rancio y aceitoso.
Pero no,..hoy he vuelto a por ti. Sola. Con miedo. Con ganas de verte. Con ganas de que estuvieras donde yo te dejé. Y estabas. Pero no sola.
Menudo mercadillo. No me dejaban tranquila. Me escondo para mear y oigo un clic clic y un cojeo y un agobio. No me da tiempo ni de abrocharme el cinturón.
Me voy pero te tengo. Y el destino nos ha unido. Aunque ya me he separado de ti.